sábado, 8 de mayo de 2010

MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA

“ENSEÑAR NO ES UNA TAREA, ES UN PRIVILEGIO”

Tengo la formación de Ing. De Alimentos, inicie mi labor docente por necesidad económica, después de un divorcio complicado y que me dejo mal económicamente y con una hija que sacar adelante. El explicar cómo y en qué forma se fue transformando mi práctica docente es lo que detallaré a continuación, retomando tres momentos de mi vida como profesional de la educación:

EL AYER
Reconociendo que al inicio de mi labor como maestra mis tendencias didácticas eran eminentemente conductistas debido a que seguía el ejemplo de los maestros que tuve durante mi formación básica, utilizaba la calificación para “evaluar” a mis alumnos y con base en su captación memorística valoraba los conocimientos y seguía al pie de la letra el programa de las asignaturas que impartía, a pesar de no estar totalmente de acuerdo con la secuencia y planteamiento de objetivos. En esta etapa, exigía a los alumnos y me exigía a mí misma que para cubrir las unidades del bimestre a calificar:
• El alumno mencionara de memoria lo que se había dicho en clase, además de que:
• Las prácticas de laboratorio eran consideradas en forma cuantitativa (como producto final) sin considerar el proceso realizado para llegar a él.

Este período se da cuando cubrí un interinato de un año en el CEBETyS 14 de Acapulco, Gro., al concluir el tiempo establecido, deje de trabajar en la docencia cuatro años retornando en 1995 al 2001 en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), plantel Venustiano Carranza II.

En esta institución inicie con el mismo sistema anterior de enseñanza pero existía en mí una inquietud por mejorar y obtener mejores resultados con mis grupos y reducir el índice de reprobación; así es que de manera intuitiva fui utilizando otros métodos que me permitieran mejorar mis relaciones con los alumnos, cuestionaba a compañeros sobre su trato con los muchachos adoptando lo que convenía a mis intereses. Posteriormente el Colegio oferto cursos de capacitación en el área pedagógica y así después de seis meses de haber iniciado mi labor en el plantel tome el primer curso para “formarme” como docente y no ser mas una “maestra empírica”.

EL HOY
Al inicio de mi trabajo docente, las prácticas didácticas eran consideradas en forma conductistas pero con la experiencia adquirida y la capacitación constante he ido modificando estas actitudes con lo cual me he transformado en partidaria de las escuelas constructivistas y crítica. A partir de los conceptos que ellas manejan, he tratado de adoptar elementos teóricos – prácticos en pedagogía, didáctica, etc., que se basen en buscar un perfil del sujeto integral con el propósito de suscitar y desarrollar en el “educando” determinado número de estados físicos, intelectuales y morales que se reclaman de él por parte de la sociedad y de su mismo entorno familiar.

A pesar de ello, como profesora; al igual que otros tantos compañeros hemos provocado que el proceso de adaptación al medio social y cultural del alumno se haga en un sentido crítico aunque se genere un sentido de inconformidad y rechazo por los estatutos que marcamos los adultos (muy cuestionables por cierto). Al considerar a los muchachos como seres integrales y a pesar de que las mismas autoridades educativas llegan a limitar a los docentes en su desarrollo profesional, he logrado en cierta forma en algunos de mis alumnos (no en todos desgraciadamente) despertar la inquietud para que continúen superándose.
Este logro lo he conseguido al apoyarlos para que identifiquen sus propias necesidades e incitarlos para que con sus propios recursos las cubran, (hay que ayudar a los alumnos a reconocer sus aptitudes y dones naturales para que los cultiven). Debo aceptar que durante este proceso he cometido errores los cuales han sido motivo de reflexión para mejorar continuamente mis métodos de interacción con los estudiantes, autoridades y compañeros. Es por ello, que es fundamental para mi como educadora lograr “una relación dialogal óptima para superar la distancia con el educando y fortalecer el trabajo con los grupos; en éste lo esencial es que todos aprendamos de todos, mediante la interacción y el trabajo colectivo para obtener un conocimiento crítico sobre la realidad que se vive dentro y fuera del espacio escolar”

EL MAÑANA
Recordando que la tarea educativa es inacabada e inacabable y que en ella interviene lo que es el hombre y lo que busca transformar en su entorno. Se debe cuestionar permanentemente sobre las formas dominantes del conocimiento y desde luego la situación que guarda el aprendizaje. Por ello es necesario, como educadora discutir sobre el proceso educativo, sobre todo si asumimos que “educar es transformar”. El educador entonces contribuye mediante su acción y reflexión colectiva a realizar el objetivo fundamental de transformar el mundo en que vivimos y hacerlo en efecto habitable para nosotros y las nuevas generaciones.

“Hay que educar con sentido, como acto de creación, donde el hombre no sea objeto sino sujeto y desarrolle su vivacidad; que no sólo esté en el mundo sino con él, donde se relacione asertivamente para que surja la creación, recreación y enriquecimiento que el ser humano hace de su naturaleza y se represente en su realidad." Debemos ayudar a que los alumnos descubran su propio "ser", den cuenta de sus posibilidades y limitaciones para que siempre luchen por "ser más en el mundo" y no solo por "estar en el.

Como docente he necesitado experimentar en mi práctica la capacidad de transformación de mi situación, para participar activa y conscientemente en la lucha por la liberación personal y colectiva, creo haber generado un compromiso con la conciencia cada vez más crítica de mi papel de sujeto de transformación. Al estar inmersa en la práctica educativa como una experiencia crítica que se configura en espiral continua, que permite realizar el cambio y que consiste en el desenvolvimiento pleno de la existencia humana a través de la modificación mutua de los hombres entre sí y con la naturaleza, acepto el desafío de ser participe de este proceso que requiero como persona y se demanda de mi como profesional de la educación.

Por ello es importante continuar reflexionado constantemente sobre:
 El Ayer, El Hoy y el Mañana de la práctica docente y ser participe del cambio que está demandando la sociedad actual.

 La vivencia que como profesora debo tener de: “ser” y “ser más en el mundo” y no sólo “estar en él”, para poder de esta forma hacerlo sentir a los demás. Sí deseo que mis alumnos transformen su realidad y se liberen debe existir una dialéctica constante y asertiva entre los sujetos del proceso para que se pueda generar un conocimiento crítico.

 La necesidad de trabajar, crear, innovar, transformar juntos; no hay que detener nuestra trayectoria “debemos poner la educación al servicio de toda la población para que sea empleada como instrumento de liberación del mundo que cada día es más individualista y pragmático”.

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